ME CUIDO, ME PROTEJO
Tengo la necesidad de cuidados y de protección. Estas necesidades sólo tiene obligación de ser cubiertas por mi misma. Los demás me pueden ayudar, siempre y cuando yo se lo pida, ya que no me pueden adivinar el pensamiento.
Compruebo que con lo fácil que parece ayudarse a sí mismo, la mayoría de las veces al menos para mí es compliado.
Estoy aprendiendo a cubrir esas necesidades de cuidados y protección.
Intento no maltratarme inflando el stress.
No me gusta hacer cosas innecesarias, sólo atender a mis obligaciones que intentó aligerarlas.
Compruebo que con lo fácil que parece ayudarse a sí mismo, la mayoría de las veces al menos para mí es compliado.
Estoy aprendiendo a cubrir esas necesidades de cuidados y protección.
Intento no maltratarme inflando el stress.
No me gusta hacer cosas innecesarias, sólo atender a mis obligaciones que intentó aligerarlas.
En estos párrafos que ahora leo, después de haber pasado el tiempo, echo de menos la necesidad del disfrute que incluye el cuidado. El ser consciente de las oportunidades que nos da cada día para ser felices y disfrutar de las sensaciones agradables que a veces vienen como en riada: el fresquito de la mañana, el sabor que nos deja en la boca el café recién hecho, el dulzor de la mermelada, el murmullo de la gente que me rodea, los retazos de las conversaciones que escucho, todo esto me envuelve en un ambiente cálido y humano.
Me doy cuenta que soy tremendamente sociable.
Esta entrada que comencé hace años, hoy puedo añadir nuevos aprendizajes, como el INCLUIR.
Para protegerse y cuidarse no podemos rechazar emociones como el MIEDO, LA CULPA, LA VERGUENZA, LA FRUSTRACIÓN, LA TRISTEZA...
Cuando llegan hay que aceptarlas y no tratar de hacerlas desaparecer, creo que es más acertado observarlas y dejar que estén en la conciencia sin darles más vueltas. Dejar estar, para dejar marchar.
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